Una Casa Dividida no puede permanecer (Mt.12:25-28,30)
Por: Diego Díaz (P.A. de la UAD)
Jesús se esta defendiendo al comenzar esta lección. Por el poder de Dios acaba de echar fuera un demonio. Pero los fariseos acusaron a Jesús de echar fuera demonios usando el poder de Satanás. Leer. Mt.12:25 y 30
Significado de: Belcebú (Satanás), el príncipe de los demonios o señor de las moscas.
Los fariseos lucharon contra Jesús. Jesús les dijo que el estaba en una casa y ellos en otra.
Tengamos en cuenta las palabras fuertes que usó al hablar con ellos.
“El que no es conmigo, contra mi es; y el que conmigo no recoge, desparrama”
(Mt.12:30). El Señor les estaba indicando que El estaba en la casa de Dios, mientras que ellos estaban en la casa de Satanás. Ninguno puede estar en dos casas a la vez.
Y ninguna casa dividida contra si misma puede permanecer en pie.
Imagínense la multitud y los fariseos que estaban aquel día. Jesús les dice que tendrían que escoger en cual casa vivir. Cada persona presente debería elegir.
Existían dos opciones:
Estar con Jesús y ayudar a la cosecha
Los que están a favor de Jesús / Los que están en contra de Jesús
Note el contexto de Marcos 9:40 Un desconocido estaba echando fuera demonios en el nombre de Jesús. Sabemos que este desconocido estaba de parte de Jesús. Pero, ¿estará esta persona en el cielo?
Y acá viene la gran pregunta. ¿Es suficiente estar de parte de Jesús en vez de su contra?
¿Será que todos los que dicen que están con Jesús Irán al cielo? No te apueres a responderme. Antes leamos las palabras de Jesús en Mateo 7:21-23.
Recordemos que una persona se conoce por el fruto de su carácter. No podemos saber si una persona es seguidora de cristo solo por sus obras. Por tanto, no podemos estar seguros del desconocido de Marcos 9:38-40.
Algunos pueden ayudar a la cosecha, pero siguen siendo perdidos (Fil.1:15-18; 1Co.9:27) Estos no están en contra de Cristo.
Ellos parecen estar de su lado. Pero interiormente no le pertenecen. Ellos no dejan que Cristo controle su vida. No quieren someterse a Jesús y hacerlo Señor de sus vidas.
Gracias por aprender junto con nosotros de las enseñanzas de Jesus.
